El
mensaje en el agua
Por Ariel von Kleist
En los tiempos
inmemorables una botella fue arrojada al mar. Contenía una oración de magia
cuyo texto era desconocido, porque se pedía privacidad sobre el mismo, ya que
el druida era muy estricto con el ritual.
El mensaje en el agua fue a parar a manos
anónimas. Ya nada podía saberse. Ya nada podía creerse. Lo que vi en el agua o
lo que el agua me dio: el eclecticismo, algo tan fluctuante como las ondas del
mar.
El mar estaba embravecido. El texto estaba
establecido. No es posible su retorno al lugar de origen. –Se sabe que hay una
sabiduría secreta, pero no se la conoce, por eso se la supone
extraordinariamente profunda –me dijo el gurú.
Et in Arcadia ego. En horas nocturnas podía
apreciarse la dispersión del maestro. Luego del reposo, cuando las aguas se
aquietaban, él se internó en el silencio. Fue adentrándose cada vez más hasta
que el agua lo tragó, cual si un bebedor se toma su vaso número mil. No dijo
nada a nadie. Simplemente partió para siempre.
Martínez, 11 de julio
de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario